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¿Quieres iniciarte en el arte de la cata de aguas? Efectivamente, no hay dos aguas iguales, porque el agua no es insípida, incolora e inolora. Muy al contrario. Cada agua tiene sus peculiaridades organolépticas que la convierte en única. Simplemente hay que saber qué buscar, para saber detectarlo. Precisamente, para saber distinguir las cualidades de cada agua existe una disciplina, la cata de aguas, disciplina con siglos de trayectoria y que en los últimos tiempos se ha puesto de moda.  Porque el agua, como el vino, se puede catar, para poder percibir los matices que tienen que ver con la composición y las cualidades organolépticas propias en cada una de ellas.

De hecho, el hecho de que cada tipo de agua mineral sea diferente, y con un sabor distinto, ha provocado que en numerosos establecimientos culinarios se haya apostado por las cartas de aguas. Con ello, ofrecen la posibilidad de elegir entre diversas aguas, cada una con sus peculiaridades. 

Si pretender llegar a convertirte en el mayor experto en aguas del mundo, ni pretender que “hagas sombra” a personajes tan profesionales como el sumiller Martin Riese, en este post te daremos algunos trucos para que consigas catar el agua y detectar sus características.

 

Tipos de aguas según el ciclo del agua

 

Antes de empezar con una cata de agua deberíamos conocer el ciclo del agua y la relación entre el sabor del agua mineral y el terreno del que surge, ya que el manto vegetal o bosque superior es responsable del gusto y aroma del agua emergente.

  • El Agua mineral natural: brota del manantial de forma natural. 
  • De manantial: de igual definición que la anterior, pero de menor riqueza mineral.
  • Agua potable: la de cualquier procedencia que ha sido sometida a tratamientos con el fin de garantizar su estabilidad bacteriológica.

 

Fases de la cata 

 

La cata debería realizarse en unas condiciones ambientales precisas, para no alterar el sabor del líquido. Así, se recomienda hacerlo en una sala con una temperatura entre los 20 y los 22 ºC y una humedad entre el 60 y el 80 %. 

 

Sobre la temperatura de las aguas durante la cata, en el caso de las aguas naturales sin gas, la temperatura debería oscilar entre los 10 °C y los 12 °C y para de las aguas carbonatadas, entre los 14 °C y los 17 °C, ya que no es recomendable beberlas muy frías, porque esto impide percibir todas las cualidades que posee el agua.

 

Las fases de la cata son similares a las de la cata del vino: 

  1. Fase visual: en la que se aprecia si el agua es transparente o brillante. 
  2. Fase olfativa: en la que se puede diferenciar entre si es agradable o terrosa. También se pueden percibir características que van desde el aroma mineral, al picante, con desprendimiento de anhídrido carbónico; o moho, por su almacenamiento; ferrosa, provenientes de arcillas férricas; acidula, cuando está con gas o carbonatada; o cálcica, cuando presentan aromas calcáreos.
  3. Fase gustativa: en la que se distinguen características como si es alcalina o dura, dulce, ácida o salada, agradable o terrosa. Pero además, para las aguas con gas se valora su finura, la persistencia y lo carbónico.

 

Con estos trucos, seguro que ante tu próximo trago, pensarás que vas a ingerir mucho más que “un simple vaso de agua”.