Las botellas de Vichy Catalan recobran vida en el Celler de Can Roca

                                              Foto de Lisi Lluch (inthemoodforfood).

De nuestra planta embotelladora de Caldes de Malavella a las mesas de uno de los mejores restaurantes del mundo. El viaje que realizan las botellas de Vichy Catalan siempre es impredecible y tan sorprendente que puede acabar en las mesas de un tres estrellas Michelin, como el Celler de Can Roca, pero no como recipiente de nuestras aguas, sino en forma de vajilla. Es la última propuesta de los hermanos Roca, que una vez más marcan tendencia con su propuesta fascinante, sorprendente y onírica de reciclaje.

Su nuevo menú, denominado Festival, incluye piezas de vidrio reciclado, que surge de un nuevo proyecto de reciclaje creativo y solidario. Y es que, en una de las habitaciones de la Masía frente al restaurante gerundense, funciona un auténtico laboratorio creativo, donde trabaja Elena Portillo dando una nueva vida a botellas de vidrio, entre las cuales, destacan las de Vichy Catalan. Las mismas botellas que podrían acabar en el contenedor de reciclaje, esta artista las transforma en utensilios tan originales que pueden sorprender al comensal más exigente. Se convierten, como por arte de magia, en bandejas, vasos o platos para contener las fantasiosas y deliciosas creaciones culinarias de Joan o los rocambolescos postres de Jordi.

Asesorados por Joan Crous, artista que participó en la creación de la vajilla de la ópera gastronómica El Somni y que tiene talleres de reciclaje en Bolonia, los hermanos Roca quieren que el descarte de vidrio de un restaurante sea una fuente de trabajo y de creatividad.

“Estamos iniciando este taller donde queremos emplear a mujeres en riesgo de exclusión social con ganas de hacer cosas artísticas y ingeniosas “, explicaba Joan Roca a la periodista Marijo Jordia, del diari El Punt-Avui. Y lo hacía mientras enseñaba toda una hilera de vasos verdes a medio trabajar surgidos de las botellas de Vichy Catalan 1881. “Queremos reutilizar con sentido estético”, añadía el chef. Y nada más estético que nuestras botellas, tanto las de la edición especial 1881, como las del la serie Gaudí.